Benvinguda

Benvinguts/des al meu bloc.
Sóc tianenc des dels 2 anys, amb anades i vingudes per motius de feina i personals, des del
nou segle que visc de forma definitiva al 'meu' poble.
Ara, arribada la cinquantena, he resolt comprometre'm políticament amb la independència del meu país: primer a la consulta Tiana Decideix, el desembre de 2009, i després de la creació de Solidaritat Catalana per la Independència, adherint-me i formant part del nucli del nou espai polític, especialment a nivell local i comarcal.
A partir de les eleccions municipals de 22 de maig de 2011, on la llista de Solidaritat per la Independència es va quedar a les portes d'aconseguir representació a l'Ajuntament de Tiana, vaig crear aquest bloc per anar expressant el meu parer sobre les coses que van passant al meu poble, i també sobre coses més globals de pensament social i polític, per dialogar amb tots aquells que hi vulgueu aportar coses.
Ara, abandonada la meva militància política de partit des de principis de 2013, la meva feina, com la de milers de catalans de la societat civil, es centra en entitats com el Fòrum Tiana Decideix, que alhora és la territorial tianenca de l'ANC. Aquest moviment ve de baix, i des de baix l'hem d'empènyer.

dijous, 25 d’agost del 2011

Y aún culpan a los mercados...

Potser no és el millor article sobre la crisi financera dels estats, però al menys posa uns exemples per mi bastant vàlids. Els poders públics estan fallant en la gestió de la crisi. Ja van fallar deixant que es creés la situació que va dur-hi. I això porta camí d'eternitzar-se. Comença a recordar-me massa la de finals dels anys 20, que va veure néixer els feixismes a Europa. Exagero? Potser sí...

Y aún culpan a los mercados...

11/08/2011 | 11:04- Vicente Varó - Expansion.com
Póngase en situación (permítale que le trate de usted que el tema es serio): usted va con su coche por la autopista, se pone a 200 kilómetros por hora, coge una curva acelerando todavía más y se va contra la medianda. Milagrosamente, se salva, pero se encuentra en estado grave. La ambulancia le lleva a Urgencias. Se precisa una operación rápida. Su vida corre peligro.

De pronto llegan tres doctores. Le echan un vistazo, reconocen la gravedad de la situación y, antes de ponerse manos a la obra, empiezan a discutir. El primero, de hecho, se niega a salvarle. Argumenta que habría que dejarle morir, que así aprenderán el resto de conductores que no se puede ir a 200 km/hora por la vida y encima acelerando en las curvas.

Otro considera que la operación que se va a realizar tiene mucho riesgo. Hay que tocar algunas zonas sensibles y las consecuencias pueden ser devastadoras. Mejor esperar y pensar alternativas. El tercero pide todo lo contrario, meterse de lleno en la operación sin pensar más, como sea. Para empeorar las cosas, cada uno recela del otro: hay rumores de que habrá despidos en el hospital. Y si el de al lado brilla, tu tienes más posibilidades de caer.

La metáfora casa bastante bien con los graves problemas que tenemos entre manos. Resulta que mucha gente -el Gobierno griego, los políticos que dirigían las cajas españolas, los bancos que habían descuidado sus márgenes, los bancos de inversión hiperapalancados, los consumidores que vivíamos por encima de nuestras posibilidades...- habían aprovechado las autopistas de dinero gratis para poner el coche a 200.

El accidente llegó y la realidad es que ahora estamos unos y otros en la mesa del quirófano. Milagrosamente, hemos recobrado el conocimiento y vemos un espectáculo dantesco. Vemos a los políticos europeos, como a los cirujanos citados, debatir durante una eternidad si salvar o no al paciente griego.

Vemos que deciden salvarlo, pero se ponen de acuerdo en no comenzar la operación hasta dentro de dos meses. Como además estamos en un periodo vacacional...

Claro, eso sí, que somos muy profesionales, si hace falta un miércoles cualquiera, en vez de tumbarse a la bartola en la playa, convocamos una reunión de urgencia del Gobierno. ¿Para qué? Para acelerar las reformas económicas. ¿No pudieron acelerarlas antes de hinchar los manguitos y la colchoneta? ¿Alguien se cree que la reunión fue para eso? Desde luego los mercados no lo hicieron y empezaron a barajar otros rumores. Algún día sabremos de qué hablaron ayer Sarko y sus chicos.

Por si fuera poco, con estos mercados tan sensibles, también tenemos errores curiosos, como el del Tesoro de España la semana pasada que hizo pensar a muchos que se había cancelado una emisión de deuda que en realidad no estaba convocado. Con lo que eso supuso de aumentar la sensación de inseguridad de los inversores sobre España.

Y, para rematar el puzzle, tenemos a los políticos del gigante económico mundial, de la superpotencia total con su tragicomedia para aumentar o no el techo de la deuda.
Resulta que se quedaban sin horas para llegar a un acuerdo que les evitase caer en un impago de deuda. Un debate estéril, dañino para la maltrecha moral del consumidor americano, que no dejó contento a nadie y en el que todos buscaban su rédito electoral (como los médicos que temen ser despedidos).

¿A quién le extraña el hartazgo que han creado entre sus votantes? (para otro tipo de análisis queda la influencia del marketing político en la calidad de nuestros gobernantes, con candidatos elegidos para "vender" mejor el partido ante el votante y no tanto para gobernar el país).
Si uno tiene en cuenta todo esto, ya se puede ver que el mercado muchas veces se comporta más como una ambulancia, que enciende las sirenas, alarma a todo el mundo, y a veces con sus prisas incluso puede provocar más accidentes que dejen peor al paciente, pero que lo acaban dejando encima de la mesa de operaciones.

Los mercados pueden tener muchos males e imperfecciones, pero su función como acelerador de las reformas y de presión a los políticos para tomar las medidas necesarias está quedando claro. Ojalá en algunos momentos nuestros políticos dejen de ir por detrás del mercado y tomen la iniciativa.

El otro día me comentaban que este desplome de los mercados estaba acelerado por dos razones: el propio verano y nuestros desastrosos políticos. Ojalá no sea así, porque sólo el verano "se pasa" pronto...